Según Tobias Boelter, Facebook (propietaria de WhatsApp) ha podido utilizar dicha puerta trasera para interceptar y leer mensajes cifrados que los usuarios intercambian a través del servicio de mensajería. La compañía, por su parte, se ha defendido de las acusaciones diciendo que nadie puede interceptar los mensajes y que todo corresponde a una campaña de desprestigio. Pero el investigador insiste en su postura publicando cómo Facebook puede leer los mensajes intercambiados a través de WhatsApp, poniendo en evidencia la manera en que la compañía ha implementado el protocolo de cifrado extremo a extremo que fue incorporado en abril de 2016. Otros expertos en seguridad se han posicionado del lado de Boelter.